viernes, 11 de enero de 2013

Aquí ya no hay nada


¡Saludos, bloggeros!


Hoy toca compartir uno de mis desvaríos (uno de tantos que tengo), que como no puede ser de otra forma está relacionado con la escritura. En realidad lo que estáis a punto de leer no es... nada en concreto, es decir, no es un relato ni parte de una historia ni nada de eso. Yo lo veo más bien como el fragmento de una vida que no es la mía... de un personaje por crear quizás que, durante unos diez minutos, mientras estaba en clase, (sí, en lugar de atendiendo estaba escribiendo) se adueñó de mi mente y habló por mí. Por ello no tiene principio ni final, solo es un pensamiento, una reflexión que cada uno puede interpretar como quiera (o no interpretar de ninguna forma). Espero que la disfrutéis :-)


Música para leer 




Aquí ya no hay nada. Los segundos arañan el silencio con su paso durante un tiempo que parece no transcurrir. Hay voces que susurran, risas que se quiebran y murmullos que hace mucho que no quiero oír. 
Al mirar por la ventana el mundo parece tan lejano... tan distante en su tumultuoso ajetreo, que no siento pertenecer a él. Aquí ya no hay nada. Dentro de estas paredes, rodeada por un sin fin de rostros vacíos que miran sin ver el abismo que nos engulle, siento que la desidia me arrastra por un camino gris y sombrío.
Necesito escapar, necesito viajar allí donde ha huido mi mente... a la que no puedo alcanzar.
La vida, tan frugal e irrisoria como una ligera ensoñación, es demasiado breve para vivir sin vivirla; demasiado breve para morir de la nada, para dejar que el más infinito aburrimiento nos devore y convierta en sombras de lo que somos; demasiado breve para bucear en un mundo sin color, sumergido en el océano abisal, esperando que llegue el momento de poder emerger a la superficie y respirar por fin.

Me asfixio en este lugar. Las palabras que oigo se derraman sobre mí como bocanadas de humo; no las oigo... no necesito oírlas... no me interesa oírlas. Solo quiero huir, desprenderme de una máscara que ya apenas sé llevar y que sostengo con terrible esfuerzo. 
Aquí ya no hay nada. Cenizas de una mentira resquebrajada; voces apagadas; palabras sin sentido; máscaras y sonrisas grabadas en la piel. Aquí ya no hay nada. Resignación y espera. Deseos de libertad acallados en un mustio silencio. 
Nada.... solo sombras...
 Nada.

1 comentario:

  1. Si yo supiera escribir cómo tú, habría escrito ésto, pero yo solo llego a describir la vida de una triste "Cenicienta del siglo XX1", y además lo mío no tiene nada de poético...
    Después de todo, un buen escritor no solo sabe describir lo que siente, sino también lo que sienten los demás...ahí esta la diferencia.

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