Hacía tiempo que no tenía emociones tan encontradas durante y después de la lectura de una novela. Había oído hablar mucho de este libro, escrito por Joël Dicker, en su momento, gente que lo catalogaba de obra maestra y otros de truño aburrido. Yo, personalmente, no me posiciono en ninguno de los dos extremos. Tengo varias cosas que decir de esta novela, así que no perdamos tiempo (datos varios del libro aquí).
Aurora, New Hapmshire, 1975. El famoso escritor Harry Quebert, de 34 años, mantiene una relación amorosa prohibida con Nola Kellergan, de 15 años. Nola desaparece al final del verano sin dejar rastro.
Aurora, New Hampshire, 2008. El famoso escritor Marcus Goldman se instala en casa de su mentor, Harry Quebert, para superar un grave bloqueo. El cadáver de una chica de 15 años es encontrado en el jardín de Quebert. Esa chica resulta ser Nola Kellergan.
Investigación y misterio al canto, señores. Dicker nos lleva de la mano a través de saltos en el tiempo para contarnos qué le pasó a Nola y qué hay detrás de toda esa historia de amor que mantuvo con Quebert. El estilo de la novela es muy sencillo, usa un lenguaje simple y no se detiene a describir demasiado los ambientes. Si a veces destaca es por lo que dice y no por la manera de hacerlo, pues hay muchos mensajes bonitos en la novela, sobre todo a principio de cada capítulo, en el que aparecen los consejos de Quebert hacia su pupilo, algunos de ellos realmente útiles, otros preciosos y otros un poco moñas en mi opinión.
Pero vayamos por partes. Empezaré diciendo cuáles han sido los puntos negativos que he encontrado en esta novela y que voy a enumerar para autoimponerme un poco de orden mental:
1. Los diálogos apenas tienen acotaciones, solo para especificar quién habla y solo de vez en cuando. Esto, en mi opinión, tiene dos inconvenientes: el primero es que en diálogos largos uno se pierde fácilmente y llega un momento en el que no sabe quién está hablando, el segundo es que sin acotaciones que nos describan detalles del personaje (tono, expresión, algún gesto) los diálogos a mí se me hacen un poco planos y vacíos. No es necesario ponerlas, es cierto, pero a veces me gusta saber si al decir una frase, ese personaje ha puesto los ojos en blanco o ha suspirado... No sé, creo que da más profundidad y realismo a los diálogos.
Espera... ¿No era la madre la que estaba hablando? ¡¡No entiendo nada!! |
Y así todo el tiempo, en la calle, en casa, tomando café... En fin, gritones todos. |
Hola, Nol... digo... Lolita. |
Esto me pareció un recurso muy útil y curioso, pero en este libro me parece que se abusa de él y hay momentos en los que os juro que no tenía ni zorra idea de dónde estaba ni de quién me estaba hablando. Hay demasiados saltos, para que me entendáis, de presente a pasado, y en cada tiempo hay muchos saltos a momentos diferentes con personajes diferentes.
Yo, leyendo. |
Admiremos la grandiosidad de lo que se dice en esta página.
«—Cuando llegue al final del libro, Marcus, ofrezca a sus lectores un giro argumental de último momento.
—¿Por qué?
—¿Por qué? Porque hay que tener al lector en vilo hasta el último momento. Es como cuando juega a las cartas: debe guardar algunos triunfos para el final».
Eso es lo que aparece justo después de acabar el capítulo en el que te quedas con las patas colgando y cuando lees piensas: «Ya te digo que me tienes vilo, so cabrón. ¡Son las 4 de la mañana y no puedo dejar de leer!». El final merece mucho la pena, creía que no me iba a sorprender nada y fue todo lo contrario. Me sentí manipulada, y ya sabéis lo maravilloso que es sentirse manipulado en una novela de misterio. Dicker juega contigo, con todos esos datos que sabe que no vas a recordar porque es imposible con todos los que hay, y se aprovecha de eso para despistarte y luego sacar un as de la manga en el que tú, como lector que lucha por no perderse, no había considerado, y entonces no tienes más remedio que dejar que el autor te guíe hasta donde le dé la gana. Te hace suyo, así de simple, y eso es, señores, algo condenadamente difícil de conseguir, así que me quito el sombrero por ello.
Además, es absolutamente admirable cómo el autor ha podido encajar tantísimas piezas, tantas escenas con tantos saltos hacia delante y atrás. Está todo perfectamente hilado y yo no tengo ni idea de cómo lo ha hecho, porque a mí me parece una maraña en el que perderse es bien fácil.
En definitiva, después de tantos altibajos con la lectura, Dicker ha sabido ganarme al final, ha jugado conmigo y ha vaticinado mis sentimientos más de una vez, sobre todo al final, como digo, donde aparece otro de los consejos de Quebert:
«Un buen libro, Marcus, no se mide solo por sus últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes. Apenas medio segundo después de haber terminado el libro, tras haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento; durante un instante, solo debe pensar en todo lo que ha acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar».
Sí, este libro, en mi opinión tiene varios puntos flacos que me han estorbado durante la lectura, pero
¿adivináis lo que hice cuando lo acabé?
Exacto.
Miré la portada, sonreí con un gramo de tristeza y me di cuenta de que habría querido que me durara un poco más.
Nota
6/7
Voy a tener que leerlo entonces. Pero lo añadiré a la lista de pendientes cuando baje un poco la enorme cantidad que se me acumula, que no es normal tener tantos a la cola.
ResponderEliminarGracias por la reseña :)
Me ha encantado todo lo que dices del libro, aunque no tenía ni planteado leerlo pero es que lo pones tan bien...
ResponderEliminarMe lo apunto a to-read a ver si algún día cae.
¡Un besín!
He leido muchas buenas críticas sobre él, y aunque no suela leer mucho de este estilo, me parece una opción excelente para empezar.
ResponderEliminarSi te digo la verdad, yo también odio leer una conversación y al final no enterarme de quien dice que, de vez en cuando una pequeña anotación o referencia tampoco bien mal.
Un beso
Lena
Este bendito libro lo leí en ¿dos días? Me envicié completamente con él. Tengo que admitir, eso sí, que no me importaba tanto la historia de Nola y Quebert (este último tampoco me convencía mucho en su papel) sino que yo solo quería saber si cierto personaje que me agradaba era el asesino o no XD.
ResponderEliminarEl final me dejó triste, y no por Nola o Quebert o el prota. Tú me entenderás :(
En fin, que me pareció una lectura muy entretenida, aunque con sus fallos.
Saludos :D
¡Hoola!
ResponderEliminarCreo que comparto, en parte, lo de la historia de amor de Harry y Nola... Fue bonita aunque bastante extraña y me descolocó un poco. Pero la trama y ese final... Me sentí totalmente como tú, manipulada como una mera marioneta de trapo. Durante un segundo pensé que lo tenía todo atado, pero ¡zas! ahí estaba yo devorando las páginas mientras las sospechas no dejaban de bailar...
Me ha gustado mucho la reseña ^ ^
Besos
Hooooooola, ¡ya estoy aquí! <3 Aiiish qué reseña tan divertida. ¡Solo ver esas fotos, con tus comentarios, y tan perfectamente relacionado con el contenido de tu reseña! Me ha encantado. :'))))) Y lo de Lolita... JAJAJAJAJA. Me ha parecido una reseña muy interesante, me gusta tu análisis tan profundo. Sí que tienes un muy buen criterio. Me han recomendado mucho el libro, pero nunca llegué a saber de qué trata. Vaya, no tenía ni idea... ¿amor? No conocía la existencia de esa relación. Me ha llamado muchísimo, la verdad. Creo que me gustará. Así que me lo apunto mentalmente. :3
ResponderEliminarCuando has puesto lo de "los ojos en blanco", me ha dado un escalofrío, me ha recordado a "Cincuenta sombras...", acotaciones así no, eh, xD.
ResponderEliminarMe alegra ver que el libro no es perfecto, así se a que atenerme cuando lo lea, que lo tenían por las nubes. Me gusta.
Llevo interesado en esta novela desde que salió en tapa dura, escuchando opiniones encontradas aquí y allá...
ResponderEliminarAl principio me ha desanimado bastante el asunto de los diálogos y lo poco creíble que te ha resultado la historia de amor; y pensé que podría saturarme tanto "regreso al pasado" de algunas escenas... sin embargo, lo que dices de los personajes y el giro argumental me ha puesto los dientes largos. Tal vez me haga con él cuando salga en bolsillo :P
¡Besos! :D
1: A mí un libro sin acotaciones en el diálogo me resulta una lectura confusa, aburrida e incluso desesperante, depende del caso. No será necesario ponerlas, pero yo cuando estoy leyendo las necesito…necesito que me dejen claro los gestos o el tono con el que los personajes hablan, me ayuda a imaginármelos y me resultan más reales.
ResponderEliminar2: Jaaaaaaaaaaaaaaaaajajajaja estoy completamente de acuerdo. No puedo decir que odie los signos de exclamación, (precisamente yo, con lo calmadita y lo equilibrada que soy), pero cuando leo el típico libro que no para de tener exclamaciones pienso: “joder qué personas más…pasionales…”, y cuando veo más exclamaciones de la cuenta, me pongo nerviosa y pienso: “por qué gritan..??!!”
No es algo con mucha importancia, pero resulta molesto, para qué nos vamos a engañar..??
3: Hombre… suena un poco que un tío 20 años mayor se enamore de una adolescente, pero vamos…peores cosas se han visto…
4: No puedo ni llevarte la contraria, ni darte la razón, porque nunca he leído un libro así. Con algún que otro “salto en el tiempo”, como tú lo llamas, sí, pero así a menudo…um…a ver, déjame pensar…nop.
Qué bueno el gif del Travolta :D
5: El fragmento me encanta y es totalmente cierto. Me ha encantado sobre todo el final: “somos prisioneros de los demás y de nosotros mismos…” por favor, qué maravilla de texto sacado de contexto…
6: Yo ADORO que me manipulen en las películas y en los libros, más en los libros, porque es más difícil y más íntimo…me encanta muchísimo.
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