domingo, 2 de febrero de 2014

Reto: Yo escribo - PREGUNTA 3



Hace dos días dije que iba a estar un pelín ausente del blog, y no es mentira, pero hoy ya estoy harta de estudiar y además me encuentro un poco mejor (aunque tengo una voz de griposa con la que no pienso grabar), así que os traigo la 3ª pregunta del reto YO ESCRIBO, creado por Eleazar en su blog Eleazar Escribe. Y la pregunta es: ¿Cuál es tu ambiente de trabajo? (incluir manías, fotos, hábitos a la hora de escribir y corregir).

Bueno, pues vamos allá.
Mi ambiente de trabajo es mi habitación, más concretamente, mi escritorio




Sí, no es que sea muy original, si por mí fuera tendría un agujero hobbit donde refugiarme para darle a las teclas, pero me tengo que conformar con esta guarida que es mi cuarto, un cuarto pequeño con muebles enormes, bastante desordenado casi siempre y con la pared atestada de dibujos míos y otras lindezas como el joker de una baraja de cartas y dvds tuneados por esa creatividad desesperada que surge del aburrimiento.



Mi hora favorita para escribir es por la mañana temprano, y cuando digo temprano me refiero a temprano de verdad. Cuando estaba escribiendo Los mundos de Täryenn solía levantarme a las 6, me atrincheraba en mi sillón negro delante de la pantalla con un buen café (capuchino soluble, marca hacendado) y me ponía a escribir. Bien es cierto que muchas veces no tenía voluntad para madrugar tanto y aprovechaba cualquier momento del día o de la noche si es que no tenía clases al día siguiente. En verano suelo esperar a que mi padre se acueste para irme al salón con el aire acondicionado congelándome los pies y el portátil como arma para escribir hasta que el sueño me venza
No obstante debo decir que no siempre me apetece escribir cuando estoy con una novela. Hay días que me resulta tedioso y una verdadera cuesta arriba, pero eso sí, intento escribir aunque sean dos párrafos todos los días, y cuando no lo consigo y la pereza me vence suelo sentirme como una persona despreciable, merecedora de los fuegos del inframundo, así que al día siguiente vuelvo ante mi pantalla y aporreo las teclas hasta que acabo encontrando las ganas y la motivación.

Aunque casi siempre escribo en mi habitación, no siempre lo hago en el sobremesa de mi escritorio porque las horas y las horas sentada con las piernas flexionadas me matan, así que lo alterno utilizando mi portátil, el cual coloco sobre un gigantesco cojín (es realmente grande) que me sirve de mesa. El cojín lo pongo sobre mis piernas y mis piernas sobre una silla que tengo junto al sillón del ordenador, así las tengo estiradas y la espalda recta. La verdad es que de esa forma es como escrito mi 2ª novela casi en su totalidad.

A pesar de que, evidentemente, prefiero estar sola y tener absoluto silencio cuando escribo, soy capaz de escribir en ambientes infernalmente ruidosos si estoy concentrada (entiéndase por ambientes infernalmente ruidosos una comida familiar con 3 niños pequeños gritando, corriendo y entrando en tu habitación para que juegues con ellos, porque mi habitación, por alguna razón que desconozco, es como una cueva de diversión y misterio para los niños).
Mi principal manía a la hora de escribir es que la puerta debe estar siempre cerrada (de hecho no me gusta nunca que esté abierta). Las escenas de mis novelas se construyen sobre música, así que siempre tengo unos auriculares, de esos que parecen orejeras, encasquetados para tener siempre alguna melodía sonando en mi cabeza.

Como antes de escribir hago un guión de todo lo que va a ocurrir en la historia, el cual siempre tengo a mano, no tengo ese temor de muchos escritores a enfrentarse a la hoja en blanco. Es cierto que a veces no sé cómo empezar un capítulo, pero busco alguna canción que me apetezca, me imagino alguna escena que venga bien para ese punto y la plasmo sin problemas.

Por último hablaré de la revisión. Yo detesto corregir, eso para empezar. La corrección de Los mundos de Täryenn fue muy dura (más de 5 meses) y mientras estaba con ella me impuse a mí misma no empezar ninguna otra historia para no dejar de lado la corrección, y eso fue un tormento absoluto. Mi 2ª novela, sin embargo, solo me llevó 3 días corregirla; no tuve que reducir páginas y su escritura fue tan fluida que apenas tuve que hacer correcciones de forma, pero aun así sigue sin gustarme corregir, por ello, cuando me tengo que poner al lío siempre escucho la banda sonora de un videojuego de mi infancia que me tranquiliza y me trae muy buenos recuerdos. El juego se llama Drakan: The order of the flame, y tiene una música maravillosa *-*.



¡Y eso es todo! 
Creo que no me dejo nada en el tintero, como veis no soy muy excéntrica a la hora de trabajar, al menos no tanto como podría llegar a ser. 

¡Un beso a todos! 

2 comentarios:

  1. yo también tendría un agujero hobbit

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  2. Uff, realmente envidio tu método de escritura, la novela que tengo más estructurada (incluso con itinerario de eventos), es la que tengo más atorada actualmente. Se me va mucho tiempo en corregir, porque es lo que más uso para volver a "meterme" en la trama y continuar cuando me atoro. Nos seguimos leyendo, saludos.

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