Reseña: Valor de Ley

Valor de Ley, novela publicada por Charles Portis en 1968, nunca habría llamado mi atención de no haber visto su última versión cinematográfica, que me encantó en el cine y de la que me enamoré cuando la volví a ver en casa. Sin pensármelo dos veces me hice con el libro y comencé a leerlo con muchas ganas y mucha ilusión. 

No sé si será porque tenía la película como tapiz para recrear lo que leía, pero la novela me ha encantado porque que es 98% idéntica al film. Pero bueno, os hablo un poco del argumento.

La historia habla de Mattie Ross, una niña que a sus 14 años ya se encarga de manejar la enconomía de las tierras de su familia. Todo empieza cuando su padre es asesinado por uno de los hombres que trabajaba para él, Chaney, el cual se fuga al territorio indio. Mattie viaja a Forth Smith para arreglar los asuntos de su padre y se da cuenta de que las autoridades no van a hacer nada para dar caza al asesino. Ella, decidida a no dejar el crimen impune, contrata al alguacil Rooster Cogburn para que la ayude a encontrar a Chaney y ambos, acompañados de un ranger de Texas que también persigue a Chaney, se embarcan en un peligroso viaje a través de las tierras indias.

La historia, como véis, es sencilla pero prometedora; está bien hilada y pasan cosas continuamente. La ambientación no es de sobresaliente, pero no está mal, muy concisa y sin detenerse mucho en descripciones. Hasta aquí todo normal e incluso poco alentador. Lo que realmente tiene calidad y peso en esta novela son los personajes, que están perfectamente formados, caracterizados y presentados para que el lector tenga una clara imagen de ellos desde su aparición. En particular voy a hablar de Mattie y de Cogburn, las dos estrellas de este libro. 

Mattie, a pesar de tener 14 años, tiene el aplomo y el valor de un tanque. Si quiere conseguir algo remueve cielo, mar y tierra hasta conseguirlo siendo además capaz de dar todos los razonamientos habidos y por haber de por qué hace lo que hace. Es una protagnoista muy fuerte, inteligente y decidida hasta las últimas consecuencias con un lado dulce que a veces deja salir la niña que realmente es y que no ha podido ser por tener que encargarse del negocio de su familia.

Después está Cogburn, que es la bomba. Rooster Cogburn es un alguacil con fama de gatillo fácil que se dedica a cazar forajidos a cambio de la recompensa. Rooster es un borracho tuerto con una tórrida vida a sus espaldas que duerme en el camastro hundido de la trastienda de un chino. Es un antihéroe de tomo y lomo que me ha arrancado más de una risa y al que he acabado admirando y queriendo mucho.

Este personaje me ha parecido sensacional, divertido y trágico al mismo tiempo, pues debajo de todas esas capas de canalla hay un hombre leal, bueno y muy valiente. Vamos, que Cogburn me ha robado el corazón y os digo que, solo por él, la novela ya merece la pena.

Desde luego es una lectura muy diferente a lo que suele caer en mis manos, pero ha sido muy gratificante. Si no lo habéis leído, os lo recomiendo, y si creéis que no es muy de vuestro estilo, al menos echadle un vistazo a la película (yo he visto la más nueva) porque Jeff Bridges se sale haciendo de Rooster.

Valoración