Reseña: La Corte de los Espejos

Por fin he terminado una novela que me ha dado pena cerrar para siempre: La Corte de los Espejos, de la sevillana Concha Perea. Me la compraron por mi cumple (por orden estricta mía) y en verano, después de acabar El Libro de los Portales, le dí una oportunidad.
Ahora pasemos con la ficha técnica (¡ya iba siendo hora de diseñar una!)

Con este libro he tenido muchos altibajos. Tardé unas 200 páginas en engancharme por múltiples razones, y la principal es que el mundo en el que nos sumerge Concha es tan original y amplio que marea. Hay muchísimas clases de hadas, no todas se describen, y además empieza con un gran surtido de personajes, por lo que el desconcierto es tal que no sabes cómo imaginarte a cada uno de ellos ni cómo es el sitio en el que están. Con esto quiero decir que Concha ha puesto a prueba mi capacidad para imaginar lo que no sé siquiera cómo es, porque a veces, sinceramente, tenía que detenerme, hacerme un croquis mental de lo que estaba pasando con la mayor cantidad de detalles posibles, y luego seguir leyendo.

Después de las 200 páginas, estando ya mucho mejor introducida en la novela y conociendo bien a los personajes, la cosa cambió, sobretodo cuando aparecen los goblins. Desde ahí la cosa fue subiendo y me vi enfrascada en las páginas como si me hubieran atrapado. El ritmo se hizo mucho más ameno y los acontecimientos te pedían seguir con la cara pegada al libro.

Ahora bien, si un defecto tiene esta novela es que las intrigas involucran demasiadas subtramas girando en torno a la trama principal, y que estas subtramas son llevadas por diferentes personajes. No es que esté en contra de que haya muchas voces contando la historia, pero no me gusta terminar un capítulo con la tensión anudada en el cuello, deseando saber qué pasa, y luego salte con otro personaje que no tiene nada que ver. Digamos que eso corta bastante el rollo y hace que el ritmo se frene y avance a trompicones.

Otro detalle que no me ha gustado mucho es que la estructura de los capítulos es muy parecida. No todos, y menos al final, pero la mayoría comienzan contándote algo que no tiene una directa relación con la historia (como el pasado de alguien o la opinión de alguien sobre algo) y luego deriva a la acción que está llevando a acabo el personaje en ese momento. No es que esa estructura me disguste, ni mucho menos, pero cuando se repite una y otra vez cansa un poquitín.

Ahora hablemos de los personajes. Para empezar, diré que casi todos son bastante distintos a lo que estamos acostumbrados, ya sea por el extraño y amenazante mundo al que pertenecen o por sus propias excentricidades (curioso es el que la mayoría sean bisexuales, eso me llamó bastante la atención). No hay uno solo que sea malo o bueno (algo que me ha encantado). Todos tienen sus pasados, sus luces y sus sombras, y eso los convierte en seres mucho más cercanos. Además, los protagonistas no son superultramega guapos (bueno, Dujal es atractivo) ni parecen haber salido de la una revista de moda. Sin ir más lejos, Marsias, un sátiro más bueno que el pan, es el regente de un burdel y amante consagrado. Todos suspiran por sus caricias y no es todo músculo, al contrario, tiene una enorme barriga y las hadas lo consideran irresistible.

Nicasia, el personaje más importante, tiene malos humos para dar y regalar, y aunque es seria y está cabreada casi todo el tiempo (cosa que me encanta) no he llegado a conectar del todo con ella; quizás porque no sale lo suficiente, no lo sé.

Dujal es un sinvergüenza y un vividor de tomo y lomo, lo cual no me gusta de entrada, y aunque a veces me han entrado ganas de darle una colleja me ha hecho pasar momentos muy buenos.

Pero ahora voy a hablar de mis personajes favoritos que, desgraciadamente, no son de los más importantes. Primero tenemos a Yirkash, un goblin de piel verde, nariz larga, dientes afilados y ojos amarillos sobre fondo negro. Yirkash es feo con ganas, pero también es adorable. Es bueno, leal y consiguió ablandarme el corazón completamente. De hecho, el único momento de la novela en el que se me saltaron las lágrimas salía él, porque es que es que es que es..... maravilloso.

Luego está Isma'il Ibn Bahar, un ciego con habilidades bastantes siniestras al que no tragaba al principio, pero que luego fue conquistándome y mucho. Me encanta su determinación, su malicia, su inteligencia y la pasión que profesa por su familia. Es una pena que salga tan poco, porque creo que se le podía haber sacado mucho más partido.

Y bueno, aquí paro que me enrollo como una persiana. Para concluir, diré que a todo al que le guste la fantasía debería hacerse con este libro, aunque si lo que buscáis es una historia sencilla y rápida, no es la mejor opción.

Valoración