Mi aventura con París (1ª Parte)

La primera parte de mi aventura con esta ciudad en ese futuro no tan lejano acaba de llegar a su fin. Son las 1:50 del 24 de Octubre de 2014. Acabo de terminar otra novela, pero no puedo sentir que sea el final, porque la historia de Sasha y Kerrigan, los protagonistas, no ha concluido. Todavía les queda mucho, pero mucho que vivir en la segunda parte.

Como ya dije en su momento, esta historia iba a ser autoconclusiva, pero al final tuve que convertirla en bilogía para lograr mi objetivo con ella: retratar cómo la vida que creemos elegir se deforma hasta que ya no es nada de lo que nosotros escogimos, cómo nos arrastra con ella y nos obliga a cambiar. La evolución de los dos protagonistas es clave, y necesitaba margen para llevarla a cabo, porque quería que fueran reales, cercanos, quería que sintieras al leerlos que lo que hay en las páginas no son personajes, sino personas. 

No tengo mucho más que añadir, salvo que es mi tercer libro terminado y, aunque no sé si algún día verá la luz, sueño con que en un futuro, puede que también no muy lejano, conozcáis a Kerrigan y a Sasha, que os riáis con ellos, sufráis y os emocionéis con todo lo que tienen que contarle al mundo.

Dios..., ya los estoy echando de menos...

En fin... Como ya es típico en mí, voy a despedir esta entrada, breve, pero en la que está puesta todo mi corazón, con dos de las canciones que más me han acompañado en la escritura de este libro. Estoy segura de que, cuando las escuche dentro de diez años, seguirán recordándome a las noches en vela con una botella azul de café frío a mi lado, la luz celeste del acuario inundando la habitación, mi gata durmiendo en la cama y mis amados Kerrigan y Sasha viviendo y sufriendo en una hoja de word.

Gracias por leerme, a todos, los que me seguís, los que no, los que comentáis una vez, siempre o nunca. Es genial saber que hay personas, pocas o muchas, a las que puede interesarles los desvaríos de una escritora desconocida que nunca dejará de crear mundos imposibles.

Mis mejores deseos en esta noche tan especial.

(Lo sé, me pongo mu' tierna cuando termino una novela, qué le voy a hacer).