Vendo chutes de inspiración a mitad de precio.

No me deis las gracias a mí. Yo no he tenido
nada que ver con esto, ha sido la inspiración.

Muchas veces he oído o leído que para escribir hace falta INSPIRACIÓN. Imagino que vosotros también. Pero, ¿qué es eso de la inspiración? Según la RAE, inspiración es el efecto de sentir del escritor, el orador o el artista el singular y eficaz estímulo que le hace producir espontáneamente y como sin esfuerzo. 

"Como sin esfuerzo" ¿Eso es sin esfuerzo, con esfuerzo pero sin que parezca que te esfuerzas o está en un grado intermedio entre el esfuerzo y el no esforzarse en absoluto? En fin, señores de la RAE, a ver si nos explicamos mejor.

Pero bueno, aceptemos pulpo como animal de compañía y digamos que la inspiración es ese "pronto" que a uno le da cuando se pone a escribir, por ejemplo, y las palabras le salen solas, respondiendo exactamente a lo que se quiere de ellas. 

Bien, aclarado esto volvamos a la afirmación anterior: "Para escribir hace falta inspiración". Entendamos "escribir" como ese acto que uno hace todos o casi todos los días para hacer una novela, por ejemplo (no creo que para escribir la lista de la compra uno deba estar muy inspirado). 

Esto es algo que me desconcierta escuchar, mayormente por lo alejado que está de la realidad. Entiendo que la gente que no es... digamos... ¿artista? No sé, que no se dedica a crear cosas usando la imaginación; entiendo que digan esto porque se suele asociar el acto de crear algo (un relato, un cuadro, una canción, un busto de nuestro maravilloso pintamonas Felipe VI etc.) a ese impulso sobrevenido de la nada que lleva al artista a trabajar como un loco perdiendo la noción del tiempo.

Me gustaría, queridos lectores, deciros que esta NO ES LA REALIDAD. 

¿Tienes que escribir pero no encuentras el ánimo
para hacerlo? ¡Chútate una dosis de inspiración y
problema solucionado!

He pensado muchas veces en escribir esta reflexión, pero ha sido hoy, cuando he retomado una de las novelas con las que estoy después de varios meses, cuando me ha venido la necesidad (que no la inspiración) de hablar de ello. 

Una novela no se escribe con inspiración. Si un escritor debe esperar a que la inspiración le llegue para ponerse a escribir tardaría medio siglo en terminar un libro. No digo que la inspiración no exista, que ese momento de frenesí del que se ha hablado tanto a lo largo de la historia sea un mito, lo que digo es que ese momento no es lo que te lleva a escribir, más bien escribir te lleva a ese momento. 

Os pongo un ejemplo. Esta mañana, como ya he dicho, he retomado una novela que no cogía en meses y, sinceramente, no me apetecía lo más mínimo. Porque escribir, queridos lectores, requiere un esfuerzo importante y mucha concentración, y uno no siempre se encuentra con disposición o ganas para hacerlo, y menos cuando se trata de RETOMAR una historia, que para mí es más difícil que empezarla de cero. 

No obstante, tenía que hacerlo, así que me puse al lío. Al cabo de media hora no llevaba mucho escrito y seguía sin estar muy animada, pero luego, a medida que fue pasando el tiempo, mi mente empezó a activarse y la cosa casi fluyó sola. Y digo casi porque eso de "como sin esfuerzo" es mentira, esfuerzo hay que hacer, más o menos, pero hay que hacerlo.

¿Disciplina? No sé qué es eso. Yo soy
un artista, un alma libre.

Lo que quiero decir con esto es que, en la mayoría de ocasiones, lo que hace falta para escribir no es otra cosa que DISCIPLINA. Sí, no es una palabra que pegue mucho con eso de crear y ser imaginativo, pero es lo que hay. La disciplina es lo que obliga al escritor a sentarse cada día para aporrear el teclado, lo que nos hace comprometernos con una historia y no abandonarla, lo que nos obliga a cumplir nuestros objetivos. La disciplina es la principal herramienta de un escritor, mientras que la inspiración es solo una consecuencia de ella.

No os dejéis engañar por la imagen del típico escritor incapaz de teclear una palabra porque las musas lo han abandonado. Eso queda muy trágico y muy mono en las películas, pero la verdad es otra. Yo adoro escribir, por su puesto, la escritura es mi forma de vivir y no la cambiaría por nada, pero la disciplina y la constancia son las que hacen que pueda concluir las historias que empiezo. Antes no las tenía y por eso no acababa ninguna novela, y han sido dos competencias que me ha costado años desarrollar (a otros les cuesta mucho menos, yo es que era débil y saltaba de historia en historia en un aquí-te-pillo-aquí-te-mato constante).

Por suerte ya las tengo más que aprendidas (gracias a los dioses, gracias, gracias, graciaaaaas). Tanto es así que ahora estoy embarcada, nada más y nada menos, que en tres novelas de las que posiblemente ya hayáis leído algo por aquí. 

Es la primera vez que llevo más de un proyecto al mismo tiempo, y estoy segura de que no me irá nada mal porque, gracias a la disciplina, por mucho que no me apetezca, puedo obligarme a escribir lo que sea prácticamente en el momento que sea. Creerme, si ponerme a escribir dependiera de esos "insides" de inspiración sería gamer profesional (sé que lo seré en mi siguiente vida) y no escritora. 

¿Qué opináis vosotros? 

¿Hay algo diferente que os obligue a sentar el culo en el sillón cada tarde para enfrentaros al ese amigo y enemigo fiel llamado Microsoft Word?  

Los que no escribís, ¿creíais que la inspiración estaba detrás de todo?

Contadme cositas :-)

Dame inspiración, Michael, dame MUCHA inspiración.