Literatura Juvenil, quiero el divorcio.

Solo era cuestión de tiempo, y lo sabía. Sabía que en algún momento tenía que pasar. ¿Qué tenía que pasar? Pues que, después de mucho tiempo leyendo este género (aunque realmente no creo que sea un género), quedara ABSOLUTAMENTE SATURADA de él.

No sé exactamente cuándo comenzó mi gusto por los libros juveniles, pero creo que, más o menos, cuando hice el blog y comencé a visitar otros blogs de literatura, muchos de ellos dedicados casi por entero a la literatura juvenil. Durante un tiempo la verdad es que me atraían muchísimos libros y me divertía leyéndolos, pero poco a poco fui encontrando cosas que no me gustaron nada y que suelen repetirse en ellos una y otra vez. Quiero que quede claro que no odio la literatura juvenil ni la estoy desprestigiando; tampoco creo que todos los libros tengan estos "defectos" que a mí me han hecho rehusar finalmente de ella, pero sí muchos, y es por eso por lo que mi afición se acaba aquí.

¿Esto quiere decir que no voy a volver a leer literatura juvenil? Pues claro que no, no quiero ni voy a cerrarles las puertas a estos libros. Si hay alguno que me llame la atención especialmente me lo leeré, claro que sí, pero no será como antes, que casi siempre buscaba mis próximas lecturas entre las novelas juveniles. Y es que ha llegado un punto en el que he acabado muy cabreada, y para seguir así como que prefiero tomar distancia. Pero adentrémonos en el tema.

¿Qué es lo que me cabrea tanto de la literatura juvenil?

Pues lo podría resumir en dos palabras: superficial y vacío. En la mayoría de novelas juveniles se respira un ambiente muy superficial; todo ocurre deprisa, no se ahonda en los personajes, que suelen ser de manual y no me llegan nada. No sé cómo explicarlo porque no es un "defecto" en concreto, es más bien la sensación que tengo al leerlos. Muchas de estas novelas no me dicen nada, no me aportan nada, son solo historias escritas en papel que no me hacen ir más allá (creo que algo de esto comenté en mi reseña de El secreto de Lucía Morke). Sus personajes no me sorprenden, me parecen todos carcasas vacías que hablan sin sentimiento, todos tan parecidos entre sí que podrías cambiarlos de libro y no notar la diferencia. Sus voces son planas, sin personalidad, sin que me inciten a querer seguir oyendo lo que tengan que decir. Y las relaciones que se desarrollan entre ellos son siempre iguales, lineales, típicas, sin jugo ninguno. En todos los libros que he leído últimamente de este género he sabido lo que iba a pasar entre los personajes porque siempre o casi siempre es lo mismo. 

La diferencia es mala. ¡Hagamos personajes clonados!

¿Y la evolución? ¿Qué es eso? En la mayoría de libros juveniles los personajes son inamovibles. Las cosas que ocurren no los hacen cambiar ni avanzar en ninguna dirección, aunque en realidad pocas veces tienen oportunidad, porque las historias están contadas con tanta celeridad que una ni se acuerda de que lo que hay en el papel son, SUPUESTAMENTE, personas, y además nos tenemos que creer que son personas "reales", es decir, que podrían existir perfectamente en el mundo creado por el autor.  

Sé que todos los libros juveniles no son así. Hay algunos muy buenos, y lo digo de verdad, hay verdaderas joyas en la literatura juvenil, pero en general esto es lo que yo me he encontrado: historias huecas, con mucho potencial algunas, desde luego, pero que se quedan tan en la superficie que no se saca partido de ellas. A veces me pregunto si los que las escriben no querrán ahondar más, dar seriedad y realismo a lo que cuentan, por miedo a dar a sus obras una personalidad o unos rasgos que no pueda contentar a la mayoría, y por eso esas historias acaban siendo solo bocetos de los que podrían haber sido. 

Algunos me diréis que están destinadas a un público joven que prefiere historias ligeras, pero yo os digo que "ligero" no es lo mismo que "superficial". Tú puedes hacer una historia amena creando personajes y situaciones creíbles. No se trata de que haya tres páginas de pensamientos y reflexiones para que un personaje tenga fondo. De lo que se trata es de que ese personaje parezca VIVO, que no solo sea un conjunto de letras que alguien ha unido para darle una voz y un cuerpo vacío. 

Puede que solo sea una racha, pero no lo creo. Puede que el género juvenil no esté hecho para mí, es probable, pero novelas como "Harry Potter", "Trono de Cristal" o "Los Juegos del Hambre" me han demostrado que existe calidad en la literatura juvenil, pero que, al parecer, no se le da mucha importancia.

Después de dejar "Ana vestida de Sangre" por predecible y aburrida pensé en hacer esta entrada, y por fin la he escrito. Estoy segura de que muchos no coincidiréis conmigo. Sea como sea, me gustaría saber vuestra opinión.

Un beso y mil gracias por estar siempre ahí :-)