Hace días que tengo un tema rondándome la cabeza: COLORES.
Sí, pero no me refiero a los colores de la carcasa de nuestro móvil o de la ropa que nos ponemos, me refiero a los colores que aparecen en los libros, más concretamente al empleo de los colores como herramienta por parte del escritor y de la sensación que estos producen en el lector.
Me explico. Una novela crea imágenes en nuestra mente cuando la leemos, como si viéramos una película que transcurre únicamente en nuestra imaginación. El escritor es quien se encarga de establecer los escenarios, de jugar con las palabras para que las escenas que imaginamos o las sensaciones que estas nos transmitan sean de una u otra forma. Son muchos los elementos que pueden usarse para lograr transmitir lo que queremos, desde describir los objetos del escenario en cuestión hasta decir los olores que se respiran o el tipo de luz que lo ilumina todo.
Otro de esos elementos, es el color.
Corregidme si me equivoco, pero creo que nadie nunca habla de los colores en las novelas, de esa plasticidad que pueden llegar a transmitir, ayudando a reforzar el ambiente de una escena, el sentimiento por un personaje, por un lugar, las sensaciones que se describen, etc.
Como lectora creo que la presencia de colores, si está bien establecida y no se abusa de ella para decirnos a cada momento de qué tono son las paredes de la habitación en la que se encuentra el personaje, se percibe como algo secundario, como un sabor de boca que tenemos presente sin que nos demos cuenta. Pero como escritora la cosa cambia. Los colores están en cada rincón de cada escena que describimos, pero no podemos nombrarlos constantemente. Es un recurso que me parece muy útil siempre que se sepa utilizar para hacer llegar al lector lo que le queremos hacer llegar.
Os pongo un ejemplo de cosecha propia. En el proyecto "París" los colores tienen un papel importante, y no porque esté constantemente nombrándolos, sino porque me sirvo a menudo de ellos para conseguir lo que he mencionado anteriormente, y también para definir cómo son los personajes y cuál es su forma de pensar.
Los ejemplos que os voy a poner son ambos refiriéndose un protagonista al otro respecto a su aspecto físico. Repito que no hablo de colores continuamente en la novela ni mucho menos; he escogido esta dos citas precisamente para que os hagáis una idea.
Pensamientos de la protagonista femenina sobre el protagonista masculino:
«Los rayos
del del sol atraviesan sus pestañas anaranjadas y se reflejan en el celeste de sus ojos. Bajo la luz, los colores que la genética le ha regalado
parecen hacerse irreales, como si alguien lo hubiera dibujado con esas ceras
gruesas que usan los niños».
Pensamientos del protagonista masculino sobre la protagonista femenina:
«De repente me fijo en el
color de su pelo recogido en una trenza a modo de diadema. Es de un negro
intenso que refleja la bioluminiscencia de la habitación. Le da un aspecto
raro, como si fuera una muñeca de trapo excesivamente rellena de algodón oscuro
que le sobresale por la cabeza y las cuencas de los ojos». (También tiene los ojos negros, y no, no está basada en esta mujer xD).
Al margen de que las citas os puedan gustar más o menos, ¿creéis que el color es un elemento en el que los escritores no hacen mucho hincapié? ¿Es un recurso poco empleado, infravalorado o difícil de emplear? ¿Como lectores os fijáis en este tipo de cosas? ¿Como escritores usáis este recurso a conciencia o solo como método descriptivo?
Me interesa mucho vuestra opinión. Es un tema un poco extraño y puede que os la repampinfle, pero quería exponerlo aquí porque es algo en lo que, yo personalmente, estoy empezando a valorar.
Me parece un tema muy interesante, Laura =) En realidad, el estudio del color es un tema muy chulo cuando haces el análisis de una buena historia, hay algunos escritores que hacen maravillas, a mí a veces se me cae la baba. Y es que hay que tener en cuenta que un muy elevado porcentaje de la población posee una inteligencia principalmente visual (en proporción), así que el empleo del color es una herramienta muy útil.
ResponderEliminarHace algunos años leí una novela muy interesante en cuando a color se refiere (no recuerdo el título exacto, era algo como... La ruta de la seda, creo). Como digo, era una narración fascinante, en términos de empleo del color, no porque el texto en sí hiciese un uso específico de los colores para crear los escenarios o transmitir emociones, no recuerdo que se mencionase el color más de lo normal. En este caso, lo que llamaba la atención era que el lenguaje estaba trabajado de tal manera que toda la narración en su conjunto era de tonalidad blanca, la sensación que el libro transmitía, como un todo, era color blanco. Era una cosa absolutamente fascinante. El libro era brillante, aunque personalmente no es el que más me ha gustado de todo lo que he leído en mi vida, pero lo encontré absolutamente hipnótico, por el color, ni más ni menos. Impresionante.
Personalmente, cuando escribo no me apoyo mucho en el color, en cuanto a llamar la atención sobre él se refiere, porque soy una persona muy poco visual (mi sentido dominante es el tacto, específicamente el olfato), pero en general lo que suelo intentar (con mayor o menor grado de éxito) es construir las escenas de manera que evoquen una cierta tonalidad para apoyar el mensaje. Es decir, por ejemplo, utilizo palabras y figuras poéticas que pretenden evocar un cierto color sin llegar a mencionarlo, un color que yo asocio con un sentimiento en concreto (por ejemplo, amarillo con miedo).
Así que.. sí, el color siempre me ha parecido un recurso de lo más fascinante =P
Totalmente de acuerdo, la estancia es como un lienzo o una fotografía: dependiendo del color transmite una impresión u otra.
ResponderEliminarYo juego mucho con los colores porque tengo sinestesia y lo llevo muchas veces al papel sin darme cuenta. Por ejemplo, en un pasaje un hombre tiene que ir con los ojos cerrados y no le importa. Su ventaja es que puede ver los sonidos, con sus formas y sus colores, y así guiarse por donde haga falta. U otra chica que siente como una niebla a su alrededor cuando le duele la cabeza. Parece todo pura invención, pero está basado en mi sinestesia y qué quieres que te diga, me ayuda un montón. Al final los colores son un recurso más, sobre todo porque casi ninguno tenemos la misma percepción de la realidad. Desde la sinestesia hasta el daltonismo o solamente por el número de conos que tengamos en los ojos... Está por explotar. Bueno, o no, ¡que no me he leído todos los libros del mundo!
ResponderEliminar;)
hola!!!
ResponderEliminaryo tambien juego con colores a la hora de escribir y de hecho muchas veces en exceso sin darme cuenta. es muy buen recurso
un beso!
Bonito tema, justo anoche estaba reflexionando sobre ello mientras leía a Murakami. En el libro «De que hablo cuando hablo de correr», me he dado cuenta de que el escritor nombra varias veces los colores para reflejar su estado, por ejemplo: «Mi mundo se ha vuelto de un turbio color blanco, como si una densa niebla lo hubiera cubierto todo».
ResponderEliminarHe de admitir que si bien nunca había prestado atención al color en sí, si no a las tonalidades (ambientes fríos o cálidos), creo que este recurso tendré que empezarlo a valorar como algo importante.
¡Un saludo!
Hay un recurso un tanto pasado de moda que busca asociar una escena emocionalmente intensa a un color/sonido/lo que resulte característico. No solo se trata de un recurso que añade expresividad a la narración, sino que de esta forma, cada vez que se menciona ese color o ese sonido se crea un coro que hace revivir al lector la escena a la que lo hemos asociado. Uhm. Creo recordar que era así (Ortiga, corrígeme si me equivoco). Aunque ni siquiera me acuerdo del nombre de esta técnica, la verdad XD Tengo que revisar mis apuntes.
ResponderEliminarEn cualquier caso, coincido contigo: me parece que el tema de los colores no se explota lo suficiente (mucho menos en literatura juvenil, argh), y es una pena, porque se trata de un recurso muy versátil, y muy útil a la hora de construir espacios, por ejemplo.
Sobre lo que ha mencionado antes Ortiga... Bufff. Normalmente acabo mis novelas muy rápido, pero hay una que tengo atragantada desde el año pasado, y a la que quería dar una tonalidad azul oscuro. Lo conseguí en una escena, pero en el resto me ahogaba, así que le dije adiós a esta idea para poder avanzar (tampoco es que sirviera de mucho, en fin). La cuestión es que cada vez que Ortiga habla del libro blanco me dan ganas de sacarle los ojos a alguien. Qué frustración.
Me encanta la primera frase, la que dice que parece que le han coloreado los ojos CELESTES con un lápiz de cera de niños chicos..
ResponderEliminarME EN.. CAN...TA... http://25.media.tumblr.com/0a9b53ba42effd5268460ab9959bf144/tumblr_mww2506Zkh1smcbm7o1_500.gif
Yo entiendo que no es lo mismo sacada de contexto, pero como yo la he leído dentro de contexto, pues...puedo decirlo tranquilamente :P...No es por hacerme la guay, es simplemente que me encanta, y tenía que decirlo ;)
En mi opinión los colores son importantes para todo...definen y determinan nuestra vida, nuestros estados de ánimo y por supuesto pueden llegar a hacer que una película nos encante de una manera especialmente nuestra. Con los libros es igual.
Para mí es taaan importante que un libro tenga color, que cuando empiezo a leer uno y siento que es marrón desgastado, lo dejo de leer antes de las cien páginas... No sé el resto de mortales, pero en mi opinión el color es importante, MUY importante.
http://www.thisiscolossal.com/wp-content/uploads/2014/03/130309.gif
Vaya, nunca lo había pensado...
ResponderEliminarComo lectora nunca había reparado en eso, pero creo que esa es la idea, ¿no? Conseguir con los colores crear sensaciones en el lector que no perciba de manera consciente.
Y como escritora, nunca lo había usado más allá de la descripción (y si lo he usado, no lo he hecho del todo adrede). Sin embargo, intentaré aprender a usarla, pues me parece un técnica difícil aunque puede que útil.
Un saludo.