Básicamente, la historia nos habla de un profesor de literatura y escritor frustrado (Germain) que encuentra motivación en su vida al toparse con un talentoso alumno (Claude), el cual está obsesionado con la familia de uno de sus compañeros y se dedica a escribir sobre ello. Desde el principio, nos damos cuenta de que Claude es diferente a la mayoría de los chicos, y a medida que transcurre la película nos hace sentir tan fascinados y dudosos como hace sentir a su profesor.
El argumento es absorbente y cada escena está muy bien hilada con la anterior. Todo parece estar pensado al detalle y en muchas ocasiones me ha parecido estar leyendo una novela al mismo tiempo que veía las imágenes, pues Claude narra de forma hipnótica cada paso y suceso que ocurre en la casa, donde observa a la familia de su compañero.
A la media hora de película me di cuenta de que, como bien le aconseja Germain a Claude para enganchar a los lectores, ese chico de 16 años estaba consiguiendo que me preguntara: ¿qué pasará ahora?
Y es que, aunque no sucede nada excepcional y a veces la realidad se mezcla con lo que sucede en la imaginación del chico, todo lo que ocurre está envuelto en un halo tenso que atrapa al espectador sin darle un momento de respiro. Cada enseñanza de Germain sobre cómo captar la atención de un lector está reflejada en la película. Y es esa delicada mezcla de lo literario y lo visual lo que hace que sea tan recomendable, sobre todo para aquellos que, como yo, disfrutamos leyendo y viendo cine.
Además, debo añadir que el personaje de Claude, que en al comienzo simplemente me resultaba curioso, ha acabado atrapándome. Su forma de hablar... y sobretodo su forma de mirar hacen que no quieras apartar los ojos de la pantalla.
Para acabar, diré que el final no me lo esperaba. No es increíblemente sorprendente ni hará que nos quedemos con la boca abierta por el asombro, pero a mí me ha dejado con una sonrisa en los labios mientras pensaba... ¿qué pasará ahora?
